GASTRONOMÍA TÍPICA

En Túnez podemos optar, tanto por un menú internacional, como degustar su excelente cocina típica.
Para el tunecino el pan sigue siendo fundamental, de la “baguette urbana” al pan del país hecho en un horno típico de barro. Cada región tiene su especialidad. El pan recién horneado está disponible durante todo el día y no hay comida familiar completa sin él.
Las comidas tunecinas son acontecimientos sociales y cuanto más prolongadas, mejor. Una comida típica comenzaría con la sopa de cordero. Seguida por pimientos, tomates y ajos verdes asados a la parilla. A ellos se les agregan las especias y el aceite de oliva y la ensalada se adorna con atún, huevos duros, aceitunas y alcaparras. Siguen las carnes  ya sean  guisadas o asadas;  de cordero, de  ternera o de pescados.  Una tortilla de huevos cocida al horno con carne tajada y queso. La ensalada, las frutas, los pasteles, el café y el frescos se toman al final.
El cordero es la base de la mayoría de los platos de carne. Un modo preferido de prepararlo: las porciones de carne se frotan con una salsa del aceite de oliva, sal, una hoja de menta, un toque de pimienta y de cúrcuma y se cuecen al horno, lentamente, en un plato de loza de barro firmemente cubierto.
Una  cena de verano  puede consistir en aceite de oliva casero, presionando unas  pocas aceitunas, pan del país  y una ensalada de rábanos en rodajas o de tomates servidos con  pescados asados a la parilla.
Los mariscos son un apoyo principal de la dieta de Túnez. Sin duda el lugar de honor lo tiene el  salmonete rojo, un pescado delicioso asado a la parilla o frito. Las variedades de mariscos, el camarón y  la sardina son clásicos muy apreciados y cada región tiene sus recetas y secretos de preparación.
Una comida muy típica es el Cuscús, sémola de trigo duro que se cocina al vapor y se sirve con carne de cordero o pollo cortado a trozos.
El cocinero sofisticado no se olvida del toque de comino en un pescado asado a la parilla o la hoja de laurel en un guisado de carne.
Los tunecinos han adoptado el baklava, dulce turco – capas de pasteles hojaldre delgadamente entremezclados con piñones, almendras, avellanas y pistachos, bañados en mantequilla, cocidos al horno y sumergidos en un jarabe de miel. Ningún menú de fiesta, de boda, de  bautizo o la cena se podría considerar sin él.
Hay una gran variedad de postres, típicos de cada región.
Las extensas huertas de almendra proveen los diversos tipos de almendras que son el ingrediente básico de la mayoría de los dulces y tortas.
Los pasteles tunecinos se dan como regalos en días de fiesta y justifican sobradamente el trayecto hasta la tienda de pasteles.

La harissa es una salsa picante típica de Marruecos y Túnez. Se utiliza como condimento para el cuscús y los tajines. Se suele usar diluyendo una cucharadita en un cucharón de caldo, y este a su vez se añade al cuscús. ¡Cuidado que pica mucho!

Si queremos hacer la salsa, estos son los ingredientes: 100 gramos de guindillas secas rojas, 6 dientes de ajo pelados, cuatro cucharadas de aceite de oliva, una cucharadita de semillas de cilantro molidas, una cucharadita de comino molido y sal.

Para prepararla: abrimos las guindillas y les quitamos el rabo y las semillas, las ponemos en remojo en agua caliente durante media hora, las escurrimos y las picamos junto con el resto de los ingredientes hasta obtener una pasta. Guardarla en un tarro hermético y dejar reposar unas horas antes de servir.
Es conveniente usar guantes de goma o algodón para manipular las guindillas.