martes, 24 de mayo de 2011

Volver a Túnez y a Egipto como turistas



Por: Paco Nadal

Esta mañana he estado en un desayuno de trabajo convocado por la Oficina de Turismo de Túnez. Querían contarle a la prensa especializada que Túnez sigue existiendo. Que Túnez sigue siendo el país amable, hospitalario y lleno de soberbios paisajes que era. Y que además.... en Túnez no hay ninguna guerra. Todo lo contrario: están viviendo un proceso pacífico y lleno de esperanza hacia la democracia.

Sí, hay que volver como turistas a Túnez y también a Egipto. Es lo que creo.

Si hemos estado del lado de los jóvenes revolucionarios que derrocaron por vía pacífica a dictadores, si hemos asistido atónitos a una revolución en el Magreb impensable hace solo un año, si queremos ayudar a los pueblos que luchan por mejorar sus condiciones de vida ... hay que mojarse y ayudar.

Y a un país como Túnez en el que el turismo representa el 7% del PIB y da trabajo a 400.000 personas no se le ayuda dejando una limosnita en la cuenta de un banco. Se le ayuda volviendo a él como turistas, contribuyendo a su normalidad, ayudando a que se recupere la economía.

"Los jóvenes se rebelaron porque no tenían trabajo, luchando contra el desempleo. Ayúdennos a crear empleo y estarán ayudando a la revolución, a la democratización de Túnez", dicen los responsables del turismo tunecino.

Tras las revueltas que acabaron con el presidente perpetuo Ben Ali, el turismo europeo cayó un 50% en Túnez. Pero curiosamente el español cayó en un 85%. ¿Somos más asustadizos los españoles? ¿huimos antes que los demás?

"No", me responde Leila Tekaia, la nueva directora de la Oficina de Turismo tunecina. "El español es un turista muy especial y querido en Túnez porque es el que más se mueve por el país, el que hace más rutas y se interesa por la cultura local. No se queda una semana en un resort de playa, como los británicos, alemanes o franceses. Por eso quizá fue también el que antes desapareció, ante la duda de si podían moverse libremente por el país".

La primera vez que fui a Túnez fue hace mucho, mucho tiempo y lo hice... ¡por carretera! En un viejo Talbot Horizon atravesando Marruecos y Argelia. Comparado con el hermetismo de Argelia (eran los tiempos de la guerra fría y el socialismo a la africana), Túnez me pareció un país abierto y lleno de sonrisas. Un pequeño museo con un poco de todos los paisajes del Magreb y la puerta perfecta para quienes buscaran una primera inmersión amable en el exotismo norteafricano.

Es cierto que también es paradigma del turismo de masas y de los espectáculos pseudo-folclóricos. Pero como pasa siempre, cada uno vive y descubre un país de la manera que mejor le interese.

No he estado recientemente en Túnez. Pero por referencias de primera mano de viajeros que acaban de volver, sigue siendo el país amable y seguro que siempre fue. Ha habido una revolución pacífica y la gente está llena de esperanza con el futuro. Lo mismo pasa en Egipto.

Volver como turistas es la mejor manera de contribuir a su normalización, apoyar esos cambios pacíficos que han dado un ejemplo al mundo. El turismo, que a veces es como el caballo de Atila, también tiene una vertiente humana, solidaria y positiva para los pueblos receptores.

Volver a estos países es una manera de demostrarlo.

SOBRE EL AUTOR:
Paco Nadal estudió Ciencias Químicas, aunque lo que más le gustaba desde pequeñito era recorrer el mundo y contarlo. Al final lo consiguió y ahora le pagan por viajar. Periodista especializado en viajes, escritor y fotógrafo, colabora con la Ser y con El Viajero, además de presentar series documentales en Canal Viajar.

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